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jueves, 11 de agosto de 2011

LA RECONCILIACIÓN


LA RECONCILIACIÓN


Sacramento de curación

A) Celebración de la reconciliación

1. Nos preparamos a reconciliarnos con Dios y su Iglesia para recibir la absolución de los pecados.


Carta a los Efesios 4, 23-32.
Hermanos “Se les pidió despojarse del hombre viejo (al que sus pasiones van destruyendo, pues así fue su conducta anterior), y renovarse por el espíritu desde dentro.
-Revístanse, pues, del hombre nuevo, el hombre según Dios que Él crea en la verdadera justicia y santidad.
-Por eso, no más mentiras: que todos digan la verdad a su prójimo, ya que todos somos parte del mismo cuerpo.
-Enójense, pero sin pecar, que el enojo no les dure hasta la puesta del sol, pues de otra manera se daría lugar al demonio.
-El que robaba, que ya no robe, sino que se fatigue trabajando con sus manos en algo útil y así tendrá algo que compartir con los necesitados.
-No salga de sus bocas ni una palabra mala, sino la palabra que hacia falta y que deja algo a los oyentes.
-No entristezcan al Espíritu Santo de Dios, Éste es el sello con el que ustedes fueron marcados y por el serán reconocidos en el día de la salvación.
-Arranquen de raíz de entre ustedes disgustos, arrebatos, enojos, gritos, ofensas, y toda clase de maldad.
-Más bien sean buenos y comprensivos unos con otros, perdonándose mutuamente como Dios los perdonó en cristo”.
Textos del antiguo testamento


.Gén. 4, 1-10: pecado de Caín
Dt. 6, 4-10: Amarás
Dt. Cap. 5: los mandamientos
Is. 58, 1-11: La verdadera penitencia
Ez. 11. 14-21: Les daré un corazón nuevo
Textos del Nuevo Testamento
Mt. 3, 1-12: hagan penitencia
Mt. 5. 17-48: El pecado está en el corazón
Lc. 15, 1-11: La oveja perdida
Lc. 15, 12-32: El padre y sus dos hijos
Lc. 19, 1-10: Zaqueo restituye.
2. Explicación: Jesús vino a este mundo para perdonar nuestros pecados y devolvernos la amistad con Dios.
Juan el Bautista presentó a Jesús con estas palabras: “He aquí el cordero de Dios que quita el pecado del mundo, (Jn. 1, 29).
Y con ello nos indica cuál fue la misión del redentor.
Durante su vida mortal Jesús perdonó pecados.
Recordemos sus palabras: “Tus pecados te son perdonados” (Mc. 2,5)”
“¿Nadie te ha condenado”?
“Yo tampoco te condeno, anda y no peques más” (Jn.8, 10-11)
“Hoy estarás conmigo en el paraíso” (Lc.23, 43).
Ahora bien, Jesús después de su resurrección, delegó en sus apóstoles y en la Iglesia, el poder de perdonar los pecados, cuando les dijo: “Reciban el espíritu Santo, aquellos a quienes perdonen los pecados, les serán perdonados” (Jn. 20,23).
Con este poder, recibido del mismo Cristo, la Iglesia sigue hoy perdonando los pecados, a la vez cumple con la misión de implantar el reino de Dios hasta el final de los tiempos.
El pecado, por desgracia, es una realidad en el mundo y en nuestra propia vida.
Queremos hacer el bien, pero con frecuencia el mal nos arrastra, y por el placer de un momento muchas veces perdemos la paz y la tranquilidad de la conciencia.
¿Qué hacer entonces?
¿Cómo recobrar de nuevo la paz interior?
.Cada vez que un cristiano reconoce su pecado ante el sacerdote, representante de Cristo, es el mismo Jesús, quien, a través de él le dice: “Tus pecados te son perdonados”
Para confesarse bien lo primero que hay que hacer es un buen examen de conciencia, o sea mirar hacia nuestro interior y ver con humildad los pecados cometidos.
También es necesaria la enumeración de los pecados graves cometidos, pero lo realmente importante es el reencuentro gozoso con nuestro padre Dios.
La Parábola del hijo prodigo es quizás la más adecuada para expresar el arrepentimiento, el regreso a la casa del padre, y la alegría del reencuentro, confesarse es celebrar la misericordia de Dios.
3. Examen de conciencia.
¿Qué pecados cometí desde mi última confesión bien hecha?
4. Oración de arrepentimiento y propósito de enmienda:Jesús, es mi señor y redentor, yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy, y me pesa de todo corazón porque con ellos ofendí a un Dios tan bueno, propongo firmemente no volver a pecar, y confío, en que, por tu infinita misericordia, me has de conceder el perdón de mis culpas y me has de llevar a la vida eterna Amén.
+ Ave Maria Purísima
- Sin pecado concebida (el penitente dice sus pecados, El sacerdote le aconseja, le da la penitencia y le da la absolución, diciendo:)“Dios, padre misericordioso, que reconcilio consigo al mundo por la muerte y la resurrección de su hijo y derramó el Espíritu Santo para la remisión de los pecados, te conceda por el ministerio de la Iglesia, el perdón y la paz.
Y YO TE ABSUELVO DE TUS PECADOS EN EL NOMBRE DEL PADRE Y DEL HIJO, Y DEL ESPIRITU SANTO”.-
Amén.
+ “La pasión de nuestro señor Jesucristo, la intercesión de la bienaventurada Virgen Maria y de todos los Santos, el bien que hagas y el mal que puedas sufrir, te sirvan como remedio de tus pecados, aumento de gracia y premio de vida eterna.
“Vete en paz”.
+ Dale gracias al señor, porque es bueno-- Porque es eterna su misericordia
+ El señor ha perdonado tus pecados; vete en paz.


DIOS LOS BENDIGA

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